viernes, 24 de julio de 2009

Un cuento sobre reuniones

Aqui tenéis un cuento de Juan Francisco Galán (fugas y ficciones) que de transfondo dibuja la realidad de esa raza en peligro de extinción : de las raras personas que preparan correctamente las reuniones...

Cuentos y reuniones (Ficción empresarial)

1. Reuniones

Jordi tenía un problema con las reuniones: se aburría como un hongo, sobre todo si no era él el que hablaba. Daba igual que fueran por la mañana o por la tarde, pasada la media hora perdía el hilo, dejaba de entender de qué estaban hablando y le vencía el sueño, un sueño mortal.
Jordi estaba acostumbrado a preparar las reuniones, a revisar la agenda y a buscar la última información disponible sobre los temas. Pero no todos los demás lo hacían, de modo que se gastaba una hora entera en poner a la gente en contexto.
Jordi se cansaba con tantas explicaciones y le entraba la modorra, la soñarrera.
Otras veces no estaba claro el objetivo de la reunión, ni las decisiones que había que tomar o no estaba quién debía tomarlas o llegaba tarde o …
Lo que más miedo le daba no era dormirse, sino ponerse a roncar, como hacía aquel comercial, Luengo se llamaba, en los comités de ventas de su primera empresa, hace ya unos años.
Jordi probó a no prepararse las reuniones, a meterse en ellas sin saber de que iban.
- Así estaré más atento, para saber de qué están hablando.
Pero no dio resultado. Lo más que consiguió fue quedarse con la duda de si los demás hacían lo mismo.

2. Cuentos

Un día llegó a una presentación original, en la que el ponente sacó unas cuantas fotos de animales y se puso a contarles un cuento, enganchando al momento al auditorio.
Aquella reunión fue estupenda y a Jordi le encantó la idea.
- Ya sé, cuando me aburra en una reunión, me voy a poner yo a escribir un cuento.
Y así lo hizo, llegó a la siguiente presentación, lunes por la mañana, y mientras la gente hablaba del fin de semana comenzó a inventarse un cuento, un cuento pequeño, para niños, érase una vez un príncipe…
Mientras lo escribía ponía cara de interés, por supuesto, no se ofendiera nadie.
Llegó el tiempo de hacer los presupuestos para el año siguiente y las reuniones se multiplicaron: las había por la mañana, por la tarde, por la noche. Con café, con aperitivo, con comida, con merienda. En la oficina, en un restaurante, en un hotel…, las había incluso de varios días, durmiendo fuera de casa.
Jordi aprovechaba para hacer más grande el cuento: su príncipe crecía, viajaba, pasaba mil aventuras, conocía una princesa y todas esas cosas.
Un día, en medio de una reunión con clientes, el padre del príncipe se murió y el príncipe tuvo que hacerse mayor, para hacerse cargo del reino. A Jordi le daba mucha pena.
- ¡Pobre! Ya no podrá hacer todo lo que quiera.
Pero el cliente le estaba preguntando algo: ¿cuál es su propuesta, su enfoque para nuestra empresa?, le preguntaba.
- Lo mejor es enviarle por Internet, para que se vaya donde quiera. Los del reino pueden buscar otro o hacerse republicanos.
El cliente tenía cara de asombro y su jefe de espanto.
- Perdón, quiero decir que nosotros proponemos un enfoque moderno y global para superar las necesidades de su organización. Gracias a la globalización podrían ustedes aprovechar las sinergias asociadas a …
Su jefe comenzó a recuperar la respiración, pero el príncipe le miraba impaciente:
- ¡Oye!, que me falta un nombre, no puedes mandarme así por el mundo, ni siquiera por Internet.
- Digo que la deslocalización redundaría en una reducción de costes que haría posible una mejora del margen operativo antes de impuestos, que a su vez permitiría …
- ¡Un nombre! ¡Ponme un nombre!
Le llamó Stupa, para animar al Tíbet, que cualquier apoyo es bueno y consiguió terminar la reunión, a trancas y barrancas.
Desde entonces volvió a dormirse en las reuniones. Se le iban las ideas y se le caía la cabeza. Dios Mío ¡Qué aburrimiento! Trató de hacer otro cuento, pero se acordaba de Stupa y no le salían las palabras ¿Dónde estaría? ¿Qué estaría haciendo? ¿Habrían encontrado los del reino un rey de repuesto?

3. Final

Un día se quedó dormido, 3, 4, 5 segundos. Otro día un poquito más, unos segundos más. Hasta que un día se durmió por completo y le echaron de la empresa.
Jordi cogió sus cosas y se fue a casa dando un largo paseo. El viento arrastraba las hojas del otoño y en su cabeza se agolpaban mil imágenes impalabrables.
Llegó a casa como un autómata, y, sin pensarlo, encendió el ordenador y abrió el correo. Uno de sus mensajes tenía una mano, una mano que le saludaba. ¡Era Stupa, que venía a buscarle! Stupa, que le cogió con suavidad, pero con firmeza, y tiró de él hacia el monitor. Jordi no lo dudó ni un momento y se metió por la pantalla y desapareció.
Y nunca más se supo de él, ni en Facebook, ni en Linkedin, ni siquiera en Google.

miércoles, 15 de julio de 2009

Una de humor

Algunas Leyes sobre negocios y ejecutivos



  • Cuando más importantes sean las notas que estás preparando más probabilidades hay de que se te rompa la punta del lápiz. (1ª ley de las reuniones de negocios)
  • Nunca entenderás con claridad el nombre de la persona más importante.
  • Corolario: No importa que lo hayas entendido con claridad, seguro que lo pronunciarás mal. (2ª ley de las reuniones de negocios)
  • No negocies nunca antes de las diez de la mañana ni más tarde de las cuatro de la tarde. Antes de las diez estás inquieto; después de las cuatro, demasiado desesperado. (ley de Eddie sobre los negocios)
  • Haz lo posible por parecer tremendamente importante. (1ª regla de Spark para los ejecutivos)
  • Procura que te vean al lado de gente importante. (2ª regla de Spark para los ejecutivos)
  • Evita discutir los temas de manera profunda, pero si no tienes otro remedio, plantea una pregunta estúpida. Desconcertarás a tu oponente y lo harás cambiar de tema. (4ª regla de Spark para los ejecutivos)
  • Cierra siempre la puerta del despacho. Esto coloca las visitas a la defensiva y hace que siempre parezca que estés en una reunión importante. (5ª regla de Spark para los ejecutivos)
  • La fastuosidad del vestíbulo varía de manera inversamente proporcional a la solvencia de la empresa. (Ley de las instituciones)
  • Cualquier cosa que se puede cambiar se debe cambiar hasta que no quede tiempo para cambiar nada. (ley sobre la planificación empresarial)

lunes, 13 de julio de 2009

Causas de insatisfacción de las reuniones


¿De qué se quejan principalmente "las víctimas" de las reuniones?

SENSACIÓN DE PÉRDIDA DE TIEMPO

1. Hay demasiadas
2. Duran más de lo necesario
3. No ha habido tiempo para prepararlas
4. Hacen leer documentación que luego no es necesaria
5. No se empiezan a la hora prevista
6. Siempre se acaba hablando de otros temas
7. Se toman grandes decisiones que luego acaban en nada
8. Se permiten interrupciones continuamente
9. De toda la reunión, sólo me interesaba un punto concreto

SENSACIÓN DE DESCONTROL Y MALA GESTIÓN

10. No son estructuradas y es muy fácil perder el hilo
11. Los asistentes no son los que deberían ser
12. Nadie modera realmente la reunión
13. Algunos personajes distorsionan la reunión y el moderador “se deja…”
14. El proceso de toma de decisiones y resolución de problemas es «de risa», por ponerlo suavemente

SENSACIÓN DE PROCESO DE COMUNICACIÓN DEFECTUOSO

15. Siempre hablan los mismos
16. Son monólogos indigeribles
17. Se utilizan innecesariamente anglicismos y palabras que no todos conocen

SENSACIÓN DE QUE EL MODERADOR NO CUIDA LO BASTANTE AL GRUPO

18. ¿Para esto me hacen venir de tan lejos?
19. El moderador no gestiona los conflictos
20. Se hacen en público críticas o comentarios que deberían hacerse en privado
21. La verdadera reunión empieza cuando termina la oficial
22. El estilo del moderador genera insatisfacción

SENSACIÓN DE TOMADURA DE PELO

23. Sirven para «vestir» de aprobación colectiva una decisión individual
24. El acta no refleja lo que se dijo o acordó
25. Se crean «círculos de calidad» que no funcionan como tales

¿Cuáles has sentido tú, más amenudo?